En una jornada de intenso análisis, cerca de 20 participantes de los paneles del Plan de Monitoreo Participativo de Alto Maipo asistieron a una presentación donde el proyecto explicó el funcionamiento ecológico de los ríos de la cuenca del Maipo, en especial la distribución, hábitat y vulnerabilidad del bagre chico, el pato cortacorrientes y el sapo arriero.
El contenido de la exposición se centró en los resultados del estudio de la biota acuática (Qecol) realizado por el Centro de Ecología Aplicada (CEA) desde 2014 en los sectores de Las Lajas, El Toyo, San Alfonso, El Volcán, El Alfalfal, El Colorado, Los Maitenes, El Yeso y el estero La Engorda.
El principal objetivo de dicha investigación fue monitorear las condiciones del hábitat acuático en el área de estudio, mediante el análisis del escenario físico, calidad del agua y caracterización de la biótica (flora y fauna), además de determinar la distribución, abundancia y/o vulnerabilidad de las poblaciones del bagre chico, el pato cortacorrientes y el sapo arriero.
Las conclusiones de dicho estudio arrojaron que las especies de interés en los años de muestreo se caracterizaron por ser de baja densidad y que su distribución responde a las preferencias descritas en literatura especializada. Además, señala que no se han registrado cambios que impliquen una disminución en el tiempo de las especies señaladas, así como evidencias que demuestren cambios significativos en su hábitat, por lo que no se han aplicado medidas de protección ambiental.
Alto Maipo escogió al Centro de Ecología Aplicada para realizar dicha medición, debido a la amplia experiencia que tiene la consultora en temas ecológicos y ambientales.